17 nov 2008

Entre el sonido y el rostro

Esperaba solo un saludo, un gesto que anunciara su llegada, la espero una vida entera ¿Como no habría de reconocerla?. Mirándole en secreto instantes que sentía eternos decidió que era el día propicio para una presentación e intercambio de algo mas que simples miradas y despedidas coquetas. Pensaba como llamar su atención, aquella hermosa dama era su amor, su más anhelado sueño, no podía ser algo de menor importancia el modo de enfrentarla. Imaginaba mientras ordenaba unas cuantas partituras que seria ideal un choque casual que sin querer acercara sus rostros y fuese inolvidable, mirando aquellas hojas apentagramadas sintió por primera vez que podrían ofrecerle una nueva o una doble utilidad, pero era cuestión de segundos para descartar semejante estupidez, no podía tener tamaña mentalidad televisiva se decía entre sonrisas solitarias. Terminaba de ordenar aquella carpeta del caos cuando comienzan a llegar uno a uno los personajes que formarían un todo. Casi como por costumbre buscó ese asiento donde podía verla, ese asiento que le revelaría una cara alargada de tez canela, un par de negros ojos profundos y una expresión de notoria madurez.
La miraba, la buscaba, mas sus ojos no percibieron su silueta delgada, algo extraño sucedía, de los 3 años que la conocía visualmente jamás se había retrasado a un ensayo, mucho menos a días de una importante presentación, su asiento le aguardaba mas ella no apareció.

Era el día del valor,
del amor,
de la ausencia.


No se concentró por mas fuerza que puso en su soplido, la intranquilidad de no mirar sus ojos se apoderó de él, por primera vez se sentía ahogado entre los 50 asientos que acostumbraba a visualizar, ahogado y con un aplastante vació. Su presencia le era fundamental para su música, era ella en quien pensaba cada corchea, cada matiz, cada silencio, era ella en quien el aumento de los tempos se le hacían un mero tramite, era por ella que el aire duraba mas de lo normal en un económico corno frances.
Hoy su mano quería sentir algo mas que el metálico agujero de rutina, quería la calidez de aquella muchacha tranquila que al tocar fija sus ojos en el papel indicador.
Mas hoy no supo de sus ojos, de sus manos, de su rostro, mucho menos del motivo de su ausencia.
Tocó contando los minutos para terminar el ensayo, las 3 horas se le hicieron 6 y lo sublime del sonido se volvió perturbador, con un ensayo general programado y unas cuantas canciones extras finalizó el ensayo y su inesperada agonía. Guardo rápidamente y se asomo entre los clarinetes de la forma más disimulada que pudo hallar,

¿Claudio la Pauli?, ¿Sabes porque no vino?

Dos preguntas que no levantaban mayores sospechas, por el contrario, recibieron unas cuantas suposiciones, nada claro, nada seguro.
Lo único seguro es que aquella responsable muchacha por alguna razón había faltado.
El tiempo transcurrió, los segundos avanzaron y el día del nuevo ensayo es hoy.
El mismo asiento vació hoy alguien lo ocupaba, ese alguien un tanto diferente pero extrañamente familiar, ese alguien era nada mas que ella misma con una mirada no conocida por él, decidido a no dejar pasar mas tiempo, se dijo a si mismo hoy si que le hablo, hoy tendré el valor de mirarla y hablarle a la vez, hoy no sudare con solo pasar por su lado, hoy no temblare al oír su voz.
Llego el momento, tomo su instrumento con la firmeza de quien sabe que tomará la decisión mas acertada de su vida y comenzo a caminar, respiró, pensó, respiró, pensó, respiró y al nuevamente pensar la firmeza inicial se desvaneció cuando al mirarle como cada final de ensayo ella le dedico un par de palabras: chao, nos vemos la otra semana y el sonrió con esa sonrisa idiota que solo se dibuja en la cara de aquel que se encuentra completa y rotundamente enamorado.

12 nov 2008

La transición más radical de mi vida

Un día sabía que íbas a llegar
mientras todo alrededor se oscurecía
sabía que debías llegar
y que pronto todo florecería
¿Efecto primavera?
para el amor no hay efectos que influyan
solo era el sonido de nuestras almas
que a la distancia se necesitaban y aún más buscaban
Las sombras que me cubrían se van sin rumbo
el dolor puesto en pie se despide con un apretón de manos
las flores vuelven a renacer, el sol hoy brilla más que ayer
y el amor deja su estela mientras caminamos




Te amo y no puedo escribir nada decente para tí
el amor si pone tontos U.u quizas despues pueda, quizas.