Era una tarde de crudo invierno
De esas que el frió te hiela hasta los huesos
Y te deja esa sensación de nostalgia por el ayer
Me invertí como queriendo toda la sangre en mi cabeza
buscando el modo de pensar con un poco más de lucidez
desplazando rostros y punzantes verdades
Sin hallar forma, ni modo de compensar
la amargura constante por una pizca de paz
me halle con mi desvelo en lugar de tranquilidad
acurrucada entre sabanas, frazadas y una colcha artesanal
se dejaban oír mis infundados sollozos
que provoca y evoca deseos inevitables de un final
Vinieron tres y luego cuatro
Se sentaron junto a mí, abrazaron mis nostalgias
Compañía constante sin nombre, ni identidad
Infantiles y sarcásticas expresiones
Se desdibujan en sus rostros hastiados
Rasgos de indiferencia mientras aun se perciben sus respiros
Fueron emigrando lentamente en mi penumbra
Arrasando con todo lo que nunca supe mío
Desmigajando trozos de lo que pudo ser un sentimientos
Vacía, vaciada, sin nada que dar
solitaria, errante, arrastrando mi andar
vacía, vaciada en eterno redundar
la permanencia del hielo se vuelve transición
tus caricias y besos encienden el corazón
que en pasado sangraba y hoy es calor
no hay día en esta vida en que rechace tu favor
ni en esta, ni en la otra reemplazaría tu resplandor
por nada, ni por nadie es que solo tú eres AMOR.
3 may 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario