29 oct 2008

Sin explicación alguna volvió a ser

Y se permitió no ser
Decidió abandonarse, prefirió adormecerse, tal como anestesia directa al corazón.
Deambulo como murciélagos por las noches frías y trémulas
Camino sin cuerpo, sin alma y sin corazón.

Nadie le oía, nadie le sentía, mucho menos le visualizaban. Recorrió cuanta avenida hubo por su paso, recorrió esperando sentír

primero el frío,

luego el miedo,
después la soledad.

Camino, sin cargar con su pesado cuerpo, era solo una mancha entre tanta oscuridad, un rayo de luna le ofrecía un cuerpo, una forma, incluso un color mas ella con tal cortesía se limito a un NO.

Ella no sería hoy, ella siempre fue, siempre estuvo,
esta vez quería saborear lo que era

no estar,
lo que era no ser,
lo que era no anhelar.

En marcha su caminar ya nadie pudo reprimir sus frenéticos deseos de no ser. Poco a poco la noche le absorbió, la incluyo y le dio tan ansiada oportunidad, se aferró a su ideal, se encerró en su eterno caminar y aunque fueron breves instantes supo lo que nadie nunca a querido saber ni indagar, como no ser, como no sentir y como no anhelar.
Y así paso la noche convertida en una eternidad, mientras ella se alista rauda para devolverse a la vida.


Se envolvió con la neblina mañanera, se diluyo entre el rocío cotidiano y al alba
Ya no era la que no era, era la que si era, la que siempre fue, la que siempre sintió, la que siempre anhelo.

Y percibió sus sollozos como nunca antes los oyó.

1 comentario:

Anónimo dijo...

nose donde he visto este tipo para ordenar los escritos