Es increible como las motivaciones se vuelven tan pasajeras, tan volatiles y a la vez tan escasas.
Yo alguna vez tuve una motivación, una que me inspiraba a escribir, una que me ayudaba a respirar.
Alguna vez soñe recostada sobre mi almohada, lloré y harto, luche casi casi hasta desfallecer.
Alguna vez tuve todo eso, hice todo eso, fui todo eso,
hoy no quiero una motivación pero cuanto me hace falta.
9 jun 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario